Durante 2022 el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Prof.. Antonio Serrano pudo concretar varias iniciativas de importancia. “El balance es muy positivo”, indicó Gisela Bahler a EL DIARIO.
La directora del museo destacó la recuperación y puesta en valor de las colecciones arqueológicas de la institución; una muestra itinerante que llegó a 15 departamentos, y adelantó proyectos en marcha.
Desde 2004, Gisela Bahler es directora del Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Prof. Antonio Serrano. Permanecer en ese lugar durante casi dos décadas le ha posibilitado trabajar con una oportunidad infrecuente en los ámbitos culturales dentro de la estructura estatal: la perspectiva de largo plazo.
En su despacho del histórico inmueble sede de la institución, ubicado sobre calle Gardel, recibe a EL DIARIO para una entrevista. En la charla, esta docente formada en Geografía, confía que el Museo transita un buen momento, con cambios en las salas y otros espacios para adaptar su propuesta acorde a “una mirada integral del conocimiento”.
“Para el Museo el balance de este año es muy positivo. Hemos podido reforzar proyectos que ya veníamos realizando y que necesitan ser evaluados por la comunidad”, señala. Entre ellas el modo de presentar el patrimonio a los visitantes. Se trata de generar propuestas “pensadas para la gente y teníamos que considerar cómo el público podía responder. Entendemos que el saldo es alentador”.
Actualmente el museo cuenta con 12 salas en las que se ofrece un recorrido por campos diversos del conocimiento.
Si bien los museos tradicionales han planteado sus espacios como estancos -dividiéndolos en geología, botánica, invertebrados, vertebrados- el Museo Serrano transita un proceso de cambios para adecuar su propuesta a nuevos enfoques y tendencias. “Nos proponemos articular y poner en relación distintos campos con una mirada interdisciplinar. Nos interesa integrar antes que compartimentar, con una mirada integral del conocimiento”, asegura la directora.
En la sala de Antropología se ha trabajado en analizar qué aspectos debían modificarse para mejorar la lectura de lo que allí se exhibe.
La clave es percibir “qué es lo que se entiende y que no; acorde a nuestro trabajo que implica socializar la ciencia y hacer que todos podamos entender un mensaje complejo. El mismo que los investigadores exponen a través de informes en publicaciones especializadas y que nosotros debemos hacer comunicable a través de la transposición didáctica para un público masivo”.
Para Bahler, “si la ciencia se maneja con la hiperespecialización, y se comunica de esa manera, nosotros queremos transitar otro camino. De hecho, cuando se hizo la sala de zoología, la sala de vertebrados, hay en ambos un mensaje referido a los ambientes y entornos naturales. Sabemos que los organismos vivientes no se encuentran disociados del ambiente en el cual están, sino que están en armonía e integran ecosistemas de los cuales son parte. Y eso está planteado también en la sala de Botánica. Allí damos un mensaje referido al cambio del uso de suelo en Entre Ríos y cómo ha modificado el paisaje.
Y así en cada sala plasmamos un mensaje de integración, del ser humano impactando los diferentes ecosistemas.”
EVALUACIÓN CONTÍNUA
El proceso implica evaluar permanentemente si el mensaje es comprendido por los visitantes. Para ello se trabaja con talleres didácticos en los cuales se emplean las salas y lo que allí está dispuesto como recurso para verificar qué se comprende y qué no. Algo similar sucede con el seguimiento de un visitante cuando recorre el museo en forma individual. “Escuchamos qué pregunta, qué despierta su curiosidad”, dice la directora.
Se trata de una de las tantas tareas que el equipo del Antonio Serrano -integrado por 12 personas que ocupan diversos roles- debe llevar a cabo con sumo cuidado. “Cuando nosotros concretamos la presentación de una sala de exposición; lo hacemos luego de un trabajo previo de dos o tres años”. En ese sentido “se trabaja en equipos interdisciplinarios que se reúnen. En el caso de la sala de Arqueología trabajaron dos arqueólogos del Museo de La Plata junto a personal de nuestro Museo”.
En línea con enfoques novedosos, “trabajamos con el concepto de identidades culturales vivas. De allí que hay un diálogo permanente entre los científicos, los descendientes de diversas etnias y el personal técnico y educativo del Museo”, señala Bahler. En ese sentido “nos encontramos con la complejidad de plantear la diversidad cultural entrerriana en un museo antropológico para incluir, por ejemplo, la identidad afro. No debemos olvidar que la sede está ubicada en lo que era el antiguo barrio del tambor”.
De ese modo las salas siempre están en cambio. No son espacios estáticos. “Los cambios siempre están en función del objetivo por el cual la institución fue concebida: si se cumple el mensaje que queremos transmitir”.
LOGROS
En un camino que refuerza a cada paso la gestión y los objetivos, uno de los desafíos de 2022 fue plantear “procesos de co-creación con la comunidad. Para eso trabajamos con organismos intermedios, con proyectos como Cultura del agua que delineamos a partir de lo que recabamos en talleres que realizamos durante la pandemia”. La iniciativa se desarrolló junto a las Fundaciones Eco Urbano y Cuidadores de la casa común.
En 2021, Cultura del agua -por decisión del Gobierno de la provincia- representó a Entre Ríos en el Pabellón Argentina Unida de Tecnópolis. Allí se presentó un mensaje de preservación del Medio Ambiente que luego, por decisión de la Vicegobernadora Laura Stratta, al finalizar la exposición, se transformó en muestra itinerante y visitó 15 cabeceras departamentales. “Más de 10 mil chicos pudieron visitarla”, contó la directora a EL DIARIO.
La estrella de la exhibición es una mesa interactiva -un recurso innovador y de avanzada
tecnológicamente- que al concluir el recorrido por la provincia se integró a una sala más del museo y estará operativa en poco tiempo más.
“Estamos en proceso de integración con las salas de invertebrados y con el jardín de especies autóctonas”, apunta la directiva. El foco de la sala es plantear el impacto de la presencia y la actividad humana sobre esos ecosistemas. “Hablamos de la quema de los humedales. De la deforestación. Y tenemos un magnífico recurso tecnológico para trabajar esos temas que será uno de los desafíos de 2023”, dice.
Por otro lado, en 2022, el Museo potenció el trabajo con investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con quienes se trabaja en la puesta en valor de la reserva técnica.
Sucede que el museo tenía gran parte de su patrimonio en cajas comerciales, de cartón. Y lo que se hizo fue presentar un proyecto al CONICET para que todo lo que sea acervo patrimonial-arqueológico de la provincia esté depositado en las mejores condiciones. Ese propósito, resalta la directiva, se ha logrado. “Cada elemento del patrimonio se encuentra actualmente en bolsas especiales y en contenedores especiales. Y después de muchísimos años, podemos decir que las piezas están relevadas e inventariadas”.
La tarea insumió todo el año pasado y, adelantó Bahler a EL DIARIO, existe la posibilidad de poder continuarla durante 2023.
Reserva visitable para socializar el conocimiento
—¿Qué iniciativas o proyectos esperan desarrollar en el Museo a mediano y largo plazo?
—Siempre hemos pensado en el largo plazo. Desde que en 2004 asumí esta función esa continuidad ha permitido desde lo institucional avanzar en algunas líneas estratégicas. Por ejemplo, la reparación y refacción del edificio por etapas. También en adecuar las salas. Ahora estamos enfocados en poder contar con una reserva visitable. Contar con una reserva técnica visitable es algo muy importante para el Museo. Porque es allí, en los depósitos, es donde se concentra la mayor riqueza patrimonial. Tal como ocurre en todos los museos importantes del país y el extranjero. Una reserva con esas características de accesibilidad nos permitirá avanzar en el propósito de socializar el conocimiento y la
ciencia. Es importante que las personas que nos visitan puedan observar cómo trabaja un arqueólogo, o un paleontólogo. Que las delegaciones escolares puedan acceder a esa trastienda nos parece clave. En eso trabajamos, de manera que esta idea se concrete tal como se hizo para poner en valor lo relativo a antropología y poder hacerlo también con el patrimonio paleontológico y geológico. Ojalá podamos acceder a la financiación y concretarlo. Además, otro de los frentes que nos ocupa es lo relativo a la infraestructura y el mantenimiento del edificio. La sede del Museo es un inmueble declarado Patrimonio
histórico, que necesita su cuidado. Conscientes de lo que eso significa, esperamos poder contar en 2023 con sanitarios nuevos para los visitantes.
Recuperación y puesta en valor de las colecciones arqueológicas
El Museo, organismo dependiente de la Secretaría de Cultura de Entre Ríos, lleva adelante un importante trabajo sobre sus colecciones arqueológicas que poseen un gran valor para la investigación científica.
Se trata de un proyecto financiado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, cuyos objetivos generales son la recuperación y puesta en valor de las colecciones arqueológicas del Museo, a través de la disposición de una adecuada calidad del almacenamiento de las piezas y de un inventario físico y digital.
La institución, que ya tiene más de un siglo, posee la mayor cantidad de materiales arqueológicos recuperados de los valles de los ríos Paraná y Uruguay medio e inferior, los cuales comenzaron a ser recolectados en el año 1917 por Antonio Serrano. Estas colecciones se han ido incrementando notablemente por el aporte de objetos provenientes de investigaciones arqueológicas efectuadas en la provincia de Entre Ríos, como así también por canje y donación.
“Se trata de una gran cantidad de piezas completas e inventariables que asciende a varias decenas de miles contando los fragmentos de cerámica. Dentro de estas colecciones se encuentran instrumentos óseos, artefactos líticos, piezas ornamentales y esqueletos humanos, todos ellos pertenecientes a las sociedades prehispánicas que habitaron la provincia de Entre Ríos.” expresó el Dr Daniel Loponte, Director del proyecto. Por ello, es necesario trabajar en un sistema integral de almacenamiento y de una moderna gestión de las colecciones. “Esto implica realizar un adecuado empaque de los materiales arqueológicos y disponer de un inventario físico y digital, a la vez que se evalúa el estado de conservación de las mismas”, agregó